¿Sabían qué la editorial de Stephen King saturada por la cantidad de manuscritos que él les enviaba, decidido dejar de publicar sus obras por una época? Así que Stephen  decidió enviar sus manuscritos bajo distintos seudónimos para lograr que sus escritos salieran a la luz, La larga marcha fue una de estas historias publicada originalmente bajo el seudónimo de Richard Bauman. Nos presenta un distopía maravillosa que tan sólo él podría ser capaz de entregarnos.

Título: La larga marcha.
Título Original: The long walk.
Número de Páginas: 384
Fecha de Publicación: Julio de 1979.
Editorial: Debolsillo.

SINOPSIS:
“Una inquietante novela futurista donde la realidad supera a la fantasía más terrorífica. El escenario: una sociedad ultraconservadora que ha llevado al paroxismo sus rasgos más perversos, dominada por un estado policial. El acontecimiento: la más extraordinaria competición deportiva, una agotadora marcha a pie donde un resbalón puede ser el último. Los competidores: cien adolescentes elegidos por sorteo y decididos a pasar sobre los cadáveres de sus compañeros para llegar a la meta. El premio: fama y fortuna para el ganador, es decir, para el único superviviente... Solo uno será el triunfador. Los 99 restantes morirán.”

MI OPINIÓN:

Al terminar esta novela sólo pude quedar llena de interrogantes. El contexto del libro es cuasi nulo, por lo que poco  es lo que realmente conoces del origen de todo. ¿Por qué de la larga marcha?, ¿Cómo empezó?, ¿Cuándo?, permite al lector solamente conocer quien está detrás de su cumplimiento. Un militar catalogado como El Comandante, pero poco es lo que conocemos del que se podría denominar villano de la historia.

Leer este libro me generó demasiadas dualidades internas sobre aquello que son las reales prioridades para los seres humanos, ¿Conseguir un deseo vale realmente el sacrificio de una vida? Y con eso no me refiero necesariamente a la vida propia, ¿Qué tan morbosos y llenos de sed de sangre estamos para salir a vitorear un evento donde morían muchos? Pero aquello que más discordia me generó fue saber que lo planteado en esta maravillosa distopía no está lejos de reflejar lo que somos como sociedad.

¿Tríos amorosos? ¿Una protagonista empoderada y lista para liderar una rebelión? No, este libro no nos trae romance, no nos trae un líder y mucho menos una sed de cambio por el mundo al cual enfrentan, nos trae lo mundano, la debilidad, la soberbia, lo turbio, la incapacidad de controlar los instintos, especialmente el deseo carnal. Realmente aún estoy maravillada de haber podido leer una historia donde se ve tan bien reflejada el deseo sexual del ser humano y los tabús entorno a la homosexualidad.

No es un libro para cualquiera, es crudo y frío, no te llevará a un mundo mejor, te creará conflictos internos, es un terror psicológico muy bien estructurado. Sé que para muchos podrá parecer aburrido o poco interesante, dado que la historia realmente es plana, todo se desarrolla durante la marcha, no hay guerra, no hay intentos por cambiar una sociedad, pero contiene violencia como vistos sexuales a lo largo de su desarrollo, lo que puede herir sensibilidades en muchos aspectos, más ahora que las distopías se relacionan automáticamente con literatura juvenil.

Al cerrar este libro entendí a la perfección porque a King le gusto “Los Juegos del Hambre”, ambos tienen algo en común, el sacrificio de jóvenes en pro de un control que mientras en Panem alimenta el miedo, en Maine simplemente alimenta el morbo. Me sentí asqueada en múltiples ocasiones al entender lo sádicos y masoquistas que somos como humanidad tanto para salir y vitorear el sacrificio estúpido de jóvenes por sólo el gusto de saber que morirán además de preguntarme constantemente ¿Qué tan valiente o estúpido debe ser alguien para inscribirse voluntariamente a una marcha como esta?.

De nuevo tenemos la locación preferida de Stephen, Maine. Todo el ambiente conservador, lo frío y perturbador del clima, lo poco que este estado puede ofrecer es perfecto para el desarrollo. Son 100 corredores de los cuales sólo 1 de ellos logrará liberarse del temido pasaporte, y tener la posibilidad de hacer una petición, la que él deseé. Sólo hay hombres en la marcha dado la exigencia física de la misma, recorren siempre el mismo camino donde se supone la meta es llegar a la frontera con Canadá, pero ninguna marcha a logrado terminar más allá del Estado. Tienen 3 llamados antes de ganarse un pasaporte los cuales se dan por cada minuto que transcurre, no pueden descender de cierta velocidad, no pueden tratar de huir, no tienen permiso para parar en ningún tipo de ocasión, ¿Quieres ir al baño? Hazlo como puedas, pero si te detienes el tiempo empezará a correr.

Lo sorprendente es que los jóvenes están allí porque decidieron inscribirse, porque muchos querían gloria, muchos otros jamás comprendieron bien la verdad tras su deseo, tal vez muchos no creyeron que serían seleccionados, muchos se creyeron más poderosos de lo que realmente eran. Los corredores tienen un tiempo límite para retirarse, pero la verdad el libro jamás menciona que alguien lo utilice, lo que si deja muy claro es que lo que en realidad une a estos chicos es un escondido e inconsciente deseo de morir.

Muchos salían a esperarlos en su recorrido para apoyar la marcha, para darles ánimos, pero todo con el verdadero fin de ser tal vez lo suficientemente afortunados para poder ver a uno de los marchistas caer, sufrir algún tipo de ataque, recibir un pasaporte, simplemente se reunían a verlos por el placer de querer ver terminada una vida. Muchos apostaban sobre quien ganaría y quien moriría primero. Claro que había unas cuantas excepciones que funcionaban como la luz en el camino. Cada uno de los corredores es un mundo, es un ideal, es un ser lleno de dualidades y conflictos.

Una de estas historias me llego realmente al alma, y me mantuvo realmente dubitativa por mucho tiempo, pues mencionaba que uno de los corredores ya era casado y su mujer estaba embarazada, aún así estaba allí, corriendo sólo porque era su deseo desde niño, ser parte de la carrera. Claro que sí ganaba la recompensa sería enorme, pero… ¿Y sí perdía? ¿Valía la pena sacrificar todo por un deseo? Cabe recalcar que ninguno de los competidores superaba los 18 años.

El personaje que más me agrado fue Stebbins, un corredor enigmático que a pesar de no generar grandes expectativas mantenía un aura de desconcierto la cual sólo será revelada hasta el final. A medida que avanzan son más los que caen, de 100 corredores el número desciende constantemente, a pesar de que logran el récord de llegar más lejos sin una muerte, el clima, las enfermedades, el cansancio de los músculos, la desesperación mental, todos causa de muertes y para muchos sólo el temor al mismo concepto de la marcha en sí, será lo que los mantenga corriendo aún después de la desesperación.

El final es lo que más me dejo desconcertada del libro. Es difícil de digerir, es sólo saber que realmente nadie gana la larga marcha, que la dictadura militar los tiene sometido a todos por medio de ella, ya sea por el morbo, el deseo o el temor, aún no asimilo por completo el final y les aseguro que poco queda por decir después de leer la última frase del libro.

Lo recomiendo 100%, es una hermosa distopía, una de las mejores obras que he leído de King, un terror psicológico fresco, presenta la sexualidad cruda en todo aspecto, incluso referenciando la homosexualidad en muchos casos y como los aleccionamientos de un niño pueden hacerlo sentir inseguro sobre lo que es, o como la presión social te hace esconder muchos de tus impulsos, así como en momentos de crisis lo único que quede en ti sea un deseo sexual, y dejas de lado la diferencia entre hombre y mujer, solamente quieres poder desenfrenar tu deseo con cualquiera.